Si no planteas bien tu negocio digital, perderás tiempo y dinero.
Es como salir a ligar, y comprar antes tabaco para el cigarrito de después, que la entrada de la discoteca donde quieres conocer a esa persona.
Sí, ya sé que ahora la gente liga en Tinder, pero tú me entiendes.
En la edición de esta semana de esta, tu newsletter, te contaré cinco errores que comete mucha gente al principio (yo incluido) al empezar con su negocio en internet.
Y si lees hasta el final, te daré algunos consejos para evitarlos. Vamos pallá:
Todo el mundo conoce a Luis Monge Malo (y si no, te recomiendo que lo busques).
Es un experto en ventas y en polarizar la opinión de la gente.
Cuando la gran mayoría de los creadores de webs las vendían por 300-400 Euros, él las vendía por 30.000.
Sólo esto ya dice mucho de este señor.
Siempre exigía una reunión con el cliente antes de empezar cualquier proyecto. Al terminar y preguntarle por la web, él decía:
-LMM: No te preocupes, la web te la regalo.
-CLIENTE ALEATORIO: ¿Cómooo?
-LMM: Lo que costaba 30.000 Euros, lo importante de verdad, es la reunión que hemos tenido. La ejecución te la doy si quieres.
Si no te paras a pensar en tu estrategia, será como salir a la carretera con una rueda pinchada.
Ten esa reunión contigo mismo, con tu socio, o con un consultor, pero no te saltes ese paso. De lo contrario, el descalabro está casi asegurado.
Así será más fácil que los fallos de los que vamos a hablar hoy, no se produzcan.
Algunos están muy relacionados, como la propuesta de valor y el cliente ideal, pero en el día de hoy, los voy a tratar de manera separada.
Y ahora vamos con esos cinco:
Escoger un cliente ideal equivocado
Dicen que elegir es descartar.
Quizá por eso a menudo nos cuesta mucho decidirnos. Pensamos que si renunciamos a una parte del pastel, dejaremos dinero encima de la mesa.
A lo mejor, lo que pasa es que evitamos un montón de problemas.
Ignorando clientes que sabemos que sólo nos van a dar dolores de cabeza, ahorraremos tiempo y ganaremos salud mental. Que dedicaremos a aquellos que de verdad llenan nuestra cuenta corriente.
Además incluso podemos conseguir llegar a cenar a una hora decente a nuestra casa.
No se me ocurre mejor ejemplo de cliente ideal, que el vender bocatas a la salida de una discoteca. Piénsalo desde ese punto de vista.
Examina bien a esos grupos de potenciales clientes que tienes sobre la mesa. Utiliza la información que tienes para descartar lo que no te convenga. Si no tienes datos, intenta obtenerlos lo más rápido posible para decidir y seguir adelante.
No escatimes esfuerzos en este proceso. Si fallas, GAME OVER.
No hacer una buena propuesta de valor
Normalmente se habla de propuesta de valor en términos de:
- Qué haces
- Para quién lo haces
- Cómo lo haces
A mí me gusta llevar la contraria, y hoy os voy a dar hoy una definición distinta y que me gusta mucho, extraída del libro Creating & Delivering your Value Proposition, de Cindy Barnes, Helen Blake y David Pinder:
Es la articulación del valor medible de la experiencia, que una organización o individuo obtendrá de una oferta, donde
Valor = Beneficio – Costes.
Aquí entra lo que hacemos por nuestro cliente, el impacto que tendrá nuestro producto o servicio en el éxito del mismo, y lo que le va a costar obtenerlo.
Estos costes no se refieren únicamente a dinero, sino a inversión en tiempo, etc.
Nuestra propuesta de valor no se debe enfocar en los pequeños detalles, sino en la experiencia de usuario (o cliente), en términos de lo que éste quiere o necesita.
En el libro cuentan que una buena propuesta de valor, funciona porque te ayuda a tener foco en lo que tienes que hacer.
¿Has pensado qué experiencia le proporcionas a tu cliente?
No trabajar la marca personal
Hoy día la marca personal es fundamental.
Las personas somos irrepetibles. No hay mayor diferenciación.
Seamos sinceros querido lector, tú no eres Coca-Cola, así que te lo vas a tener que currar.
Como se repite mucho en esta casa (basado en las lecciones de Euge Oller), tienes que trabajar los tres factores de una marca personal:
- Autoridad
- Confianza
- Simpatía
Cuando digo los tres, quiero decir los tres.
Si tienes autoridad y transmites confianza en lo que haces, pero les caes como el culo, no te van a comprar.
Busca el canal que más te conviene para obtener visibilidad y empieza a trabajarla como si la fueran a prohibir.
Eso sí, recuerda que es una carrera de fondo, por lo que tienes que empezar cuanto antes.
El mejor día para empezar fue ayer. El segundo es hoy.
No optimizar la arquitectura de tu web
Si me dieran un céntimo por cada vez que me han dicho esta frase, ya estaría viviendo en Andorra:
Espera a que me terminen la web, y luego tú ya me haces el SEO.
No me cansaré de repetir que la arquitectura web se define ANTES de crear ésta.
Primero defines todos los ángulos de tu negocio, tu producto o servicio, a quién se lo ofreces, etc. Después de esto veremos cómo captar el mayor tráfico posible con esas premisas.
Tendrás que investigar MUCHO sobre tu tema, y elaborar un estudio de palabras clave, eso que los castizos llaman Keyword Research. Así tendrás las claves que te permitirán definir la estructura de tu sitio web.
Necesitas saber cómo la gente busca en Google aquello que tú ofreces. Conocer las palabras exactas que teclean, con todas sus variantes. Sin olvidar ninguna.
Ojo, eso no significa que escribamos para Google, porque éste es cada vez más listo y no lo necesita.
Escribimos para las personas, pero dándole una capa SEO a nuestros textos.
Si haces este proceso en este orden, te ahorrarás mucho tiempo y dinero después en optimización.
Hacer planes para cuando seas un unicornio
A mí me flipa hacer tormentas de ideas (lo que los modernos llaman Brainstorming).
Coger un negocio y sacarle el jugo al máximo. Estudiar todas las posibilidades que nos ofrece, tanto ahora como en el futuro.
La cuestión es que a veces uno se viene arriba, y empieza a pensar en la salida a bolsa, antes que en vender el primer producto o servicio.
Todo eso está muy bien. Tener objetivos e ilusión es genial, pero no destines tus limitados recursos actuales para esas visiones.
Tienes prioridades de las que ocuparte, aunque brillen menos que esas que visualizas (siempre brilla más lo que está más lejano. Lo de ahora nos suele parecer un coñazo en comparación).
No quieras correr antes de aprender a andar. Todo a su debido tiempo.
Algunos consejos útiles
Ahora te daré algunos consejos para no cometer estos errores (y otros más):
- Cuenta con la ayuda de personas externas que examinen tu proyecto desde fuera, y te digan las cosas que tú, por estar metido tanto en el tema, no ves.
- Crea un marco de persuasión para tus publicaciones. Necesitas uno para cada cliente ideal. De este modo éste sentirá que le estás hablando directamente a él.
- Al principio, simplifica el proceso al máximo. Preocúpate de obtener la máxima información en el menor tiempo posible. Escuchando a tus clientes podrás mejorar tu propuesta y saber exactamente cuáles son sus necesidades.
- No hagas conjeturas ni te montes películas. Sal cuanto antes al mercado y deja que éste te diga si lo que propones tiene potencial.
- Ayúdate de la inteligencia artificial para potenciar tus capacidades. Aquí te dejo algunas herramientas que permitirán que pases de ser hombre orquesta a director de una pequeña filarmónica:
- Heygen: Graba un vídeo en tu propio idioma y la aplicación lo traduce a otra lengua con tu propia voz, incluso cambiando el movimiento de tus labios para que concuerde con el segundo idioma.
- ElevenLabs: Permite crear archivos de sonido a partir de un texto usando tu propia voz. Muy útil si tienes artículos o newsletters y los quieres ofrecer también en audio.
- ChatGPT: Todos lo conocemos a estas alturas. Sé por experiencia que si te creas tus propios GPTs adaptados a tus necesidades, tu productividad explotará.
- Napkin.ai: Crea elementos visuales como infografías o mapas mentales a partir de un texto.
- Harpa.ai: Extensión de Chrome con la que podrás automatizar muchas tareas, como crear resúmenes de vídeos de YouTube, escribir artículos y montones de funciones más.
Por supuesto se pueden cometer muchos más errores de los que yo he expuesto aquí. Nos ayudaría mucho a todos si nos pones en los comentarios otros que se te ocurran a ti, o que tú hayas cometido.
¡Hasta la semana que viene!