La estrategia del emprendimiento se está consolidando hoy en la región como una salida laboral para cada vez más personas, y esto conlleva el surgimiento de nuevas demandas que plantean los profesionales y que inciden, sobre todo, en una actualización de sus espacios de trabajo.
Dentro de las claves de esta actualización destaca la necesidad de encontrar locales a precio bajo, así como una nueva filosofía de producción que confía en el emprendimiento colaborativo y la aportación de diferentes sectores a un mismo proyecto. A la existencia de un lugar en el que confluyen ambas como es La Curtidora, se ha sumado un nuevo espacio privado, un complejo de oficinas llamado R112, que se ubica desde hace unos meses en la avenida de Cervantes.
Tal como indica Rafael García, dueño de este espacio coworking, la demanda comenzó al ralentí, pero en los últimos tiempos «el crecimiento ha sido notable y la tendencia es que todavía crezca más el número de reservas en la temporada de verano». Se encuentra ya al 70% de ocupación y las razones, son sencillas: «Los autónomos buscan un sitio en el que poder trabajar sin tener que pagar un dineral por el alquiler de la oficina», cuenta García, que trabaja con unas tarifas base que oscilan entre los seis euros al día y los 150 euros al mes, incluyendo entre sus servicios «el alojamiento y asesoramiento web y servicios de impresión y fotocopia, además de la luz, claro».
Abogados, empresarios, psicoterapeutas e informáticos son ahora mismo los sectores entre los que García encuentra a sus inquilinos. «La clave está en la flexibilidad», explica. «Este perfil de profesional alquila a demanda pero no puede condicionarse por un horario específico». Motivo por el que, además, este tipo de instalaciones ya incluye entre sus servicios el acceso remoto. «Generamos una clave a través de la página web o por teléfono y desde ahí, sin necesidad de portero, la introduces en lo que sería la cerradura y listo». García asegura «es un negocio que se está haciendo cada vez más rentable en Asturias y que en Avilés ya está dando sus frutos, aunque sea a un ritmo lento».
En cualquier caso, «no deja de ser sorprendente que se busque ese trabajo en común aunque sea desde distintas ramas», apunta el gerente de los despachos, que ve en este fenómeno una relación directa con las consecuencias del confinamiento. «El teletrabajo es algo que nos ha venido muy bien en muchos casos «, de hecho esta es la causa principal de la previsión de aumento en el alquiler de oficinas en la temporada veraniega, «pero es algo de lo que también nos estamos cansando rápido», señala, «porque tarde o temprano quieres tener contacto con la gente». Una posibilidad que se revitaliza como valor productivo y que puede dar vida a los proyectos más novedosos.
No es este el único espacio de coworking que se ha hecho un hueco en Avilés, conociendo ya de mano el funcionamiento de lugares como las salas habilitadas en el palacio de Maqua o La Curtidora, «pero en este último caso, aunque hablamos de un complejo de oficinas más grande, también hay unas condiciones de entrada un pelín más concretas», como puede ser la antigüedad en el sector del trabajo autónomo. «Pero en este caso la clave es la versatilidad», concluye García.