Mutabor, una agencia de diseño afincada en Hamburgo (Alemania), cree haber descubierto un nicho de mercado con muchísimo potencial en la nuera era del teletrabajo: el denominado «Branded Home Office».
Como su propio nombre indica, este nuevo concepto consiste en trasladar los principios del branding al «look & feel» de las oficinas en los tiempos que corren: las casas de los propios empleados. Al fin y al cabo, el «home office» parece haber llegado para quedarse.
Según un reciente estudio llevado a cabo en Alemania por Web.de y GMX, al 29% de los empleados les gustaría continuar trabajando en casa tras la pandemia del coronavirus. Además, un segundo informe de Hi Employer Strategies da cuenta de los múltiples beneficios solapados al teletrabajo desde el punto de vista de la productividad, de la calidad del trabajo y de la cultura corporativa.
En vista de que el «home office» parece abocado a echar raíces profundísimas en el mundo del trabajo, Mutabor ha decidido ir un paso por delante poniendo la siguiente pregunta sobre la mesa: si el teletrabajo se convierte en la norma, ¿no debería reflejar de alguna manera el branding de las empresas que se acogen a esta fórmula?
«Hasta la fecha el ‘home office’ ha descuidado por completo el branding de empleador», aseguran Johaness Plass, director de Mutabor, y Oliver Dering, responsable del departamento de arquitectura de interiores de la agencia. Aun trabajando desde casa, el empleado debe ejercer de embajador de la empresa que le tiene en nómina, recalcan.
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En el futuro, y si el teletrabajo se afianza (que parece que se afianzará), el «employer branding» podría estar solapado a la oferta de equipamiento apropiado para el «home office». Y ello podría traducirse en costes de entre 2.000 y 4.000 por cada puesto de trabajo remoto.
Plass cree que hay a la vista un nicho de mercado potencialmente gigantesco y por eso Mutabor, su agencia, quiere registrar como marca el concepto «Branded Home Office». De hecho, ha iniciado ya los trámites necesarios para echar el guante a esta marca registrada, tal y como recoge Horizont.
El director de Mutabor asegura que su equipo han entablado ya conversaciones con varios fabricantes de muebles a este respecto. No se trata solo de diseñar soluciones ergonómicas adaptadas al teletrabajo (y convenientemente adaptadas al branding del empleador) sino también de fabricarlas enfocadas al ahorro de espacio y a su reconversión en mobiliario de naturaleza neutra.
Pero, ¿por qué no limitarse a apostar por un fondo corporativo estándar a la hora de realizar videollamadas? Esta opción sería desde luego mucho más sencilla y económica de implementar. Así y todo, Plass cree que si el trabajo acaba convirtiéndose en la norma, las empresas deben agasajar a sus empleados con herramientas que vayan mucho más allá de un ordenador y unos cuantos fondos virtuales para videollamadas. Es preciso atender a las necesidades de ergonomía por parte del trabajador y pertrecharlo, por ejemplo, de cámaras ajustables para realizar presentaciones de pie.
A la hora de dar forma desde el punto de vista del diseño al «Branded Home Office» es necesario priorizar la salud y el bienestar del propio trabajador, enfatiza Plass.
Además, es posible que como consecuencia de la generalización del teletrabajo haya que dar una vuelta de tuerca al diseño de los tradicionales apartamentos urbanos, que deberán contar con buenas condiciones de iluminación, disponer de puertas y ventanas insonorizadas, tener una buena ventilación y cumplir con el RGPD en lo que a la protección de datos se refiere.
«La separación de vida privada y vida laboral jugará un importante rol en el futuro a la hora de adquirir una vivienda. Y las soluciones inteligentes serán cruciales tanto para compradores como inquilinos», subraya Plass.