Claridad exprés

¿Cómo le explicas a alguien en 20 segundos la misión de tu negocio digital?

Buena pregunta, ¿verdad?

Pruébalo.

¿Eres capaz de sintetizar qué haces, para qué lo haces y por qué lo haces en solo 20 segundos?

Antes o después, seguro que tendrás que hacerlo.

Al presentarte a los demás asistentes de un training al que participes, o en una comida de negocio, o quizás en un ascensor para presentarte a un potencial cliente.

Es la idea de la propuesta de valor.

También se la conoce como “pitch elevator” (discurso de ascensor, precisamente por el poco tiempo que debes emplear en decirla).

Esta propuesta de valor está centrada en reflejar la transformación positiva que tus soluciones crean en la vida de tu cliente ideal.

Y en el artículo de hoy quiero ayudarte a definir la tuya.

Vamos a ello.

Para facilitarte el trabajo, te he preparado una pequeña plantilla. La fórmula es la siguiente:

«En mi negocio [NOMBRE DE NEGOCIO] ayudo a [AUDIENCIA-CLIENTE IDEAL] a lograr [OBJETIVO Nº1 IDENTIFICADO] para [BENEFICIO PRINCIPAL DE LA TRANSFORMACIÓN]».

Vamos a verlo con un caso práctico.

Por ejemplo, en el caso de un mando intermediario que quiere reinventarse profesionalmente, podrías decir:

«Ayudo a mandos intermedios infravalorados (esto sería el cliente ideal) a lograr reinventarse con sentido (esto sería el objetivo) para disfrutar de un oficio que les llene y les permita controlar su futuro profesional (esto sería el principal beneficio de la transformación).

Fíjate bien en la proyección mental que estamos enviando, poniendo el foco sobre la situación ideal que desean los clientes.

¿Por qué nos esforzamos tanto en la vida?

Porque soñamos con esta situación ideal.

Es lo que proyecta tu propuesta de valor.

Veamos otro ejemplo, en este caso, un emprendedor que ayuda a emprendedores novatos:

«Ayudo a emprendedores novatos (audiencia) a crear un negocio visible y memorable (objetivo deseable) para transformarse en un experto influyente en su sector (beneficio principal de la transformación)».

Aquí la propuesta de valor se centra en la marca personal.

Pero también puedes trabajar varias versiones de tu propuesta de valor y tratar de ver cómo resuenan en los ojos de tu cliente ideal.

Por ejemplo, una variación de la propuesta de valor anterior podría ser:

«Ayudo a emprendedores novatos a crear un negocio visible y memorable (el cliente ideal y el objetivo no han cambiado) para ser más libres y disfrutar de una vida más llena».

Libertad, vida consciente.

Ahí estamos apelando claramente al lifestyle o estilo de vida como beneficio número uno de este cliente objetivo.

De la misma forma, podríamos tener:

«Ayudo a emprendedores novatos a crear un negocio visible y memorable (el cliente ideal y el objetivo no han cambiado) para ganar más dinero con su ‘know how’ «.

En este caso, la promesa es una promesa de abundancia.

Con estas tres propuestas, vamos a ir atrayendo a un público distinto.

Como puedes ver, la propuesta de valor no se relaciona directamente con tus productos, sino que plasma los beneficios del poder transformador de tu negocio en general.

Este es el secreto para atraer una audiencia de pre-clientes que estará loca por comprar las soluciones que les prepares.

Ahora, coge un papel y escribe tu propuesta de valor.

Toma de base la plantilla y úsala como referencia.

¡A por ello!

Cuando termines, responde este este correo y cuéntame qué tal ha quedado, Jose Manuel.

Un fuerte abrazo,

Franck “claridad de misión” Scipion

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