Cómo convertirse en freelance digital: así trabajan los autónomos que utilizan la red como herramienta

Marketing digital, diseño gráfico, construcción de páginas web, fotografía o gestión de redes sociales son algunas de las nuevas fórmulas de emprendimiento. Gracias a las herramientas digitales miles de jóvenes se han lanzado a emprender en este mercado lucrativo para el que únicamente se requiere un ordenador y conexión a Internet.

La falta de oportunidades en el mercado laboral me llevaron a emprender como freelance digital”, afirmó Antonio Díaz, fotógrafo y diseñador gráfico. Con tan sólo 29 años, el joven malagueño explicó que en muchos negocios los perfiles de digitalización no son considerados y por ello decidió trabajar por cuenta propia y buscar clientes que si quisieran ir a la vanguardia de las nuevas tecnologías.

“Tras años formándome, mi perfil no era requerido en ninguna empresa por la falta de experiencia profesional – algo muy común en España -. Pero yo creía en mí y  en mi talento. Así que decidí coger todos mis ahorros y lanzarme a dedicarme a mi pasión que era la fotografía y la edición digital. Ser freelance digital significa estar en continuo movimiento, promover tus servicios a través de las plataformas digitales y no parar de crear contenido atractivo. Los inicios no son fáciles, especialmente por los costes que implica”, añadió Díaz.



“Además de darme de alta en la Seguridad Social como trabajador por cuenta propia, tuve que gastar mucho en las ‘herramientas’ que necesita un fotógrafo: cámaras, trípodes, iluminación, lentes, etc. Y no sólo en eso, sino en todos los programas o softwares de edición y diseño gráfico que se requieren para este tipo de servicio, que son bastante caros. La inversión inicial fue de aproximadamente 10.000 euros. Sin embargo, gracias a la Junta de Andalucía pude disfrutar de distintas ayudas como las de inicio de actividad o Tarifa Plana que aliviaron mucho mis costes”, concretó Díaz.

“Una vez tuve todo en mi mano, me lancé a la calle. Al principio comienzas con trabajos pequeñitos, de familiares o amigos. Las facturas eran pequeñas y no compensaban los gastos. Sin embargo, poco a poco fue labrándome más clientela. En un inicio siempre aceptas cualquier trabajo y sabes que estás ganando por debajo de lo que realmente vale tu servicio. Pero esto es lo que significa emprender. Uno prefiere tener clientes contentos que te lancen a otros posibles clientes potenciales y ahí comenzar a facturar un poco más”, expuso.

“Tras más de cuatro años como freelance digital, gracias a mis redes sociales y clientes he pasado de hacer fotos para pequeños restaurantes a clientes como Dior o el Festival de Cine de Málaga. La verdad es que me siento orgulloso, ahora puede elegir a mi clientela y todo es gracias a las facilidades que tan las herramientas digitales para poder exponer tu trabajo”, concluyó.

ÁLVARO PÉREZ

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