El mundo ha cambiado mucho en cuestión de semanas.
Y existen muchas incógnitas sobre si volveremos o no a la vida de antes.
Yo lo deseo.
Pero hay cosas que han cambiado para siempre.
Por ejemplo, todo aquel que no sea capaz de operar en un modelo a distancia, remoto, 100% digital, no tiene un negocio sólido.
En Francia, hubo 500.000 consultas de medicina online en la última semana de marzo. La telemedicina pasó de ser apenas el 1% de las consultas al 11% del total en el mes.
Por supuesto que la crisis actual explica este crecimiento exponencial y repentino.
Pero esto ha ocurrido porque los médicos han sabido adaptar su praxis al mundo digital y los pacientes han aceptado vivir una experiencia distinta a la que conocen en la economía real.
¿Qué crees que va a pasar ahora que tanto médicos como pacientes han descubierto los beneficios de las consultas online?
Yo apuesto por una digitalización masiva y exponencial. Porque todo lo justifica: escasez de oferta, explosión de la demanda, explosión del gasto sanitario, nuevas normas sociales con más distanciamiento.
La respuesta es digital.
Es obvio.
Pero este proceso de digitalización no solo afecta a los médicos.
Si eres:
• Profesor de música y tienes una academia de música, esta disrupción digital te afecta.
• Fisio y trabajas en tu consulta privada, esta disrupción digital te afecta.
• Psicólogo y trabajas desde un gabinete físico, esta disrupción digital te afecta.
• Entrenador personal o profesora de Yoga con un local y clientes de proximidad, esta disrupción digital te afecta.
• Terapeuta y tienes un local dónde prácticas tus técnicas, esta disrupción digital te afecta.
Y podríamos seguir un buen rato así…
Y como te afecta, te voy a dar 5 consejos para que des rápido los primeros pasos hacia la digitalización de tu actividad:
1. Tómatelo como cuestión de vida o muerte
Deberías poder operar con un prototipo 100% digital en cuestión de 7 días.
¿Por qué?
Porque si te das más tiempo, lo vas a complicar todo y al final dentro de 3 meses no habrás empezado a operar en digital.
2. Empodera a tu cliente
Transforma tu praxis para quedarte con algo 100% digital.
Por ejemplo, si eres masajista, resulta complicado prestar el mismo servicio que haces en tu local por internet. Pero puedes digitalizar tu método, y pasar del masaje que ejecutas tú a las técnicas de automasaje, para que el cliente pueda realizarlo de forma rutinaria en su vida.
En digital, es el cliente el técnico de base. Y tú eres un observador que le orienta y le corrige, a distancia.
Dicho de otro modo, eres un coach más que un operario.
3. La gente compra el acceso a tu cerebro
La gente quiere atención y personalización. La gente quiere acompañamiento.
Esto no ha cambiado. Y esto lo puedes digitalizar al 100%.
Es más, les puedes dar mejor atención que lo que han sido acostumbrado a recibir offline por falta de tiempo.
Entrégales tiempo, y cóbrales el precio justo por el tiempo que les ofreces.
4. De repente la tecnología es amiga de todos
En las últimas semanas, solo la tecnología nos ha mantenido en contacto con los nuestros.
De pronto, el 98% de la población quiere estar online.
La tecnología se ha transformado en nuestra mejor amiga: un móvil, una conexión a internet de calidad y una aplicación tipo Zoom y va que chuta.
5. Explora el poder de los servicios grupales
Si este tipo de prestaciones apenas se realiza en el mundo tradicional, en el mundo digital representan una oportunidad tremenda.
La gente los demanda cada vez más y, en muchos casos, la figura del grupo ha demostrado tener una eficacia real.
Piensa por ejemplo en los tratamientos de adicción. Pues, ahora que operas en digital, puedes hacerlo tú también.
Monta un grupito de 5 personas y entrénalos a todos a la vez.
Tú escalas tu tiempo, ellos sus conocimientos y además hacen amistades.
Como ves, de vez en cuando la vida te ofrece un desafío XXL.
Hoy hay millones de profesionales, autónomos o pequeños empresarios y la vida nos exige mayor digitalización.
Ya no hay tiempo para reflexionar, sino para hacer.
Darwin nos ha dado el secreto: no sobrevive el más fuerte o el más sabio, sobrevive el que mejor se adapta al nuevo paradigma.