Kelly O’Sullivan McKenna sabía que le faltaba algo en su trabajo en 2020.
Trabajaba en la gestión de una empresa sin ánimo de lucro, pero su puesto carecía de la relación con los clientes que ella desarrolló 7 años antes cuando realizó un master en trabajo social. En marzo comenzaba como terapeuta a tiempo parcial para rellenar ese hueco, y, 2 semanas después, pasaba de las consultas presenciales a la telemedicina.
Su ansia por esa conexión con los clientes y su experiencia en la telemedicina empujaba a McKenna a abrir su propia consulta terapéutica virtual en febrero de 2021 llamada Sit With Kelly (Siéntate con Kelly, en inglés).
Pero lo más llamativo es que lograba ingresar casi 230.000 euros en 2021 —más del doble de lo que ganaba en su anterior trabajo—, tal y como pudo verificar ‘Business Insider’.
La industria de la telemedicina ha adquirido popularidad a lo largo de la pandemia, con las consultas terapéuticas virtuales y los servicios de salud mental experimentando un crecimiento sustancial.
En febrero de 2021, el 50% de las citas psiquiátricas y el 30% de los tratamientos con el uso de sustancias se hicieron de manera virtual, reflejaba un estudio llevado a cabo por la consultora McKinsey & Company.
Según McKenna, no ha habido mejor momento que ahora para empezar una consulta virtual. Su cuenta en Instagram, que suma 19.700 seguidores en el momento de redactar este artículo, le ha traído a la mayoría de sus clientes.
McKenna comparte sus consejos sobre cómo encontrar clientes, cómo desarrollar diferentes vías de ingresos y cómo encontrar punto de apoyo sobre el que pivotar en la industria de la telemedicina.
La entrevista con McKenna ha sido ligeramente editada por razones de extensión y claridad.
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Aprovecha las ventajas del mundo virtual para conectar con clientes
2 semanas antes de empezar mi propia consulta como terapeuta, la COVID-19 puso al mundo en confinamiento y trasladaba a nuestros clientes a un formato online. Esto me dio la idea de abrir mi propio negocio con menores gastos. Con la telemedicina vi una nueva oportunidad.
He pasado de trabajar más de 60 horas semanales —entre el trabajo sin ánimo de lucro por las mañanas y las consultas privadas por la tarde— a unas 30 horas a la semana desde que he empezado a emprender.
Pero cuando pasas de recibir clientes con seguro a cobrar de manera privada, los terapeutas tienen que ser bastante conocidos en la comunidad o bien tener una fuerte presencia online para poder generar referencias.
Ya sea mediante Instagram o un blog, los clientes necesitan una razón que les haga cambiar de mentalidad; pasar del «estoy buscando a un terapeuta que acepte mi seguro», a «esta terapeuta entiende mis problemas. Quiero trabajar con ella».
Expande tus servicios de forma auténtica
Muchos de mis seguidores de Instagram son terapeutas que quieren empezar su propio negocio, así que he lanzado mi curso virtual para ellos. El curso se divide en 3 niveles, que se centran en los aspectos concretos de dirigir una empresa virtual. De esta manera, soy capaz de conectar con las personas en todos a todos los peldaños de su aventura emprendedora.
Las colaboraciones empresariales en redes sociales son otro pilar de mi negocio. Pero intento mantener separadas mis publicaciones de ‘influencer’ de las relacionadas con mi negocio. En un sector tan concienciado con la ética como es la terapia, me aseguro de que sólo trabajo con empresas que uso y que me gustan.
Los creadores de contenido tienen que ir con pies de plomo en lo relacionado a las colaboraciones empresariales. Lo último que quieres es perder la confianza de tu audiencia. Siempre me cercioro de que sea algo que va en línea con mi marca, ya sean comestibles de CBD o mantas pesadas, cosas que uso y en las que creo.
El futuro de la terapia es digital, pero no todas las plataformas son iguales
La terapia virtual es una gran oportunidad para los terapeutas, pero tenemos que ser conscientes de la manera en la que prestamos nuestros servicio. Como una consulta únicamente online, no cojo clientes de alto riesgo o aquellos que realmente necesitan sesiones presenciales, en las que un terapeuta puede que tenga que ver físicamente al paciente para evaluar sus progresos.
El mejor consejo que puedo dar a los terapeutas que están empezando es crear una red de contactos con otros profesionales de la salud mental que estén especializados en servicios en los que ellos no están. Puede que yo no sea la terapeuta más adecuada para un cliente, así que les recomiendo otros psiquiatras o doctores que conozco.
Otro cambio reciente que los profesionales de la salud mental tienen que tener en cuenta es el desembarco de nuevas startups centradas en la telemedicina. Puede que sean opciones asequibles económicamente para los clientes, pero no suelen pagar a los terapeutas todo lo que valen.
Esa es una de las razones por las que me apasiona el coaching empresarial. Dar las herramientas a los terapeutas para que lo hagan por sí mismos, se posicionen por sí mismos y abran una consulta por sí mismos es importante para mí y para el futuro de los espacios de la terapia.