Cuando comenzó la pandemia y todos nos vimos de repente encerrados en casa muchos pensamos que cuando todo acabara se habrían producido cambios, de manera que no volveríamos a la casilla de salida. Esto lo hemos observado de forma muy potente en los hábitos de las compras por internet, pero también en la forma de trabajar en las empresas. Por eso el coworking se reinventa tras el aumento del teletrabajo y el abandono de muchas oficinas de forma estable por los negocios.
Tradicionalmente estos espacios de trabajo colaborativo estaban más enfocados a trabajadores autónomos, de determinados sectores, que creaban sinergias entre ellos, podían colaborar en determinados proyectos, de manera que todos salían beneficiados. Las pequeñas empresas que se instalaban en estos lugares eran minoría. Pero ahora la cosa ha cambiado.
Pequeñas empresas se mudan a los coworking
Haber mantenido la empresa en marcha sin necesidad de compartir todos el mismo espacio ha abierto los ojos a muchas compañías. Es posible trabajar de otra manera, incluso es posible reducir el espacio necesario para las instalaciones de nuestra organización. Si necesito una sala de reuniones, mejor busco este espacio en un coworking, por ejemplo.
En algún caso, la necesidad de rebajar los gastos fijos deshaciéndose de la oficina física, les ha dado paso a buscar en los servicios flexibles del coworking un lugar donde tener su oficina virtual, su dirección postal, un lugar donde poder reunirse con los clientes o ir a trabajar un número determinado de horas. Y todo esto sin tener que comprometerse con un gasto fijo de alquiler, luz, conexión a internet, etc. Se han dado cuenta que les sale más rentable el pago por uso.
Y estos espacios son flexibles y capaces de adaptarse a las necesidades de sus clientes. Tienen facilidad para cambiar sus estructuras, sus sistemas de tarifas y servicios. Y las empresas han descubierto que les dan mejores soluciones de las que podrían encontrar buscando su propia oficina.
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Autónomos que hasta ahora trabajaban en casa
Por último una variable que tendremos que valorar como influye en los próximos meses son los autónomos que hasta ahora trabajaban en casa, pero que con el incremento de la luz ven como no les compensa seguir en este camino. Si la luz sube, tienen más costes de climatización y solo pueden deducirse un 30% de los costes de suministros, afectos a la actividad económica, les puede salir mucho más rentable fiscalmente ir a trabajar a un coworking.
Porque el coste de la factura del coworking se deduce por completo. Y de 100 euros de gastos de suministros, suponiendo que tenemos afecta a la actividad económica un 20% de nuestra vivienda de 100 metros, solo vamos a poder deducirnos 6. Y no es lo mismo trabajar en casa, tener que gastar luz en climatización, ordenadores encendidos, que hacerlo fuera. Y con los cambios de tarifa se notará, y bastante, en la factura.
Un teletrabajo en coworking como alternativa
Para mi incluso sería una opción interesante si queremos teletrabajar desde casa pero no tenemos el espacio o la conexión de fibra adecuada. Especialmente si nuestra residencia está lejos, para muchos puede ser una solución mejor disponer de un espacio para hacerlo en un coworking cercano a su domicilio. No es lo mismo ir andando o en coche durante 15 minutos hasta aquí, que tener que desplazarnos a una hora, más si lo hacemos en hora punta, a nuestra oficina.
Lo mismo podríamos decir si lo queremos aprovechar el verano para mudarnos a nuestra segunda residencia, donde muchas veces no tenemos la conexión o la capacidad de montar un puesto de trabajo. Y sin embargo si hay centros de negocio que nos pueden facilitar todos los medios necesarios para llevar a cabo nuestras tareas de forma cómoda y, sobre todo, separar bien vida personal y profesional.