Si estás comenzando un negocio, o tienes en tu cabeza una idea que te está rondando para ponerla en marcha, pero no estás seguro si lo puedes hacer, o no sabes si tu idea funcionará en el mercado, debes plantearte el crear un mínimo producto viable como plan de negocio, antes de empezar.
No te preocupes si este término te resulta nuevo, o si ya lo has escuchado pero realmente no sabes muy bien lo que es o cómo implementarlo, porque quiero ayudarte a que puedas ponerlo en marcha.
Es una de las mejores maneras que los emprendedores tenemos para correr menos riesgos a la hora de poner en marcha nuevo proyecto, una nueva marca, un producto o un negocio.
Lo primero, definamos que es el mínimo producto viable
Podemos decir que es aquella mínima esencia de lo que quieres vender, que te permite testar si tu idea de negocio va a tener tracción en el mercado, es decir, saber si hay gente que está dispuesto a pagar por ello.
En este momento puede que tengas esa idea, y la idea será buenísima, incluso algo que nos suceda a los emprendedores, piensas que la idea es tan buena que lo va a reventar todo, que lo va a querer todo el mundo.
Aquí tenemos que poner los pies en el suelo, y aplacar un poco estas emociones, porque una cosa es lo que nos gustaría hacer o cómo nosotros vemos en determinado momento esa idea de negocio, y luego la realidad, que algunas veces es mejor de lo que pensábamos, pero otras veces no es tan bueno como creemos.
El mínimo producto viable te va a ayudar de una manera rápida y sencilla, con menos riesgo de inversión, a saber si realmente esta idea puede ser un negocio.
Puede que sea una muy buena idea, pero una buena idea no tiene por qué ser un buen negocio, es más, hay muchas ideas que no son buenas ni son novedosas, pero son grandes negocios.
Un mínimo producto viable, además es algo que debe ser objetivo, y no debe estar condicionado a tu círculo de amigos, esto es importante porque a veces cuando tenemos esta idea, la empezamos a comentar con gente cercana, tu pareja, tus amigos , tus familiares, y normalmente lo que te van a decir es que les gusta y lo comprarían, pero esto no es objetivo.
Esto puede darnos una falsa sensación en muchos casos, un espejismo. Has preguntado a por ejemplo 40 personas de tu entorno, y la mayoría te ha respondido que es una buena idea.
Digo que tengas mucho cuidado en esto, porque normalmente aquí tienes una vinculación emocional con estas personas, y entonces muchas veces te van a decir eso, pero no es una validación real del mercado.
De hecho, ni siquiera hay una validación económica en la mayoría de los casos, es muy fácil decir yo te lo compro, pero otra cosa es cuando esté ahí, si realmente compran esa idea.
La validación hay que hacerla siempre fuera de tu círculo más cercano.
Para lanzar un mínimo producto viable, hay que seguir varios pasos.
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Estudio de mercado
Lo primero que hay que hacer es un estudio del mercado al que te quieres dirigir.
Tienes que saber quién es la que la competencia más directa que tienes, y tu competencia indirecta.
Por competencia directa hago referencia a productos y servicios similares, es decir, si yo vendo auriculares, tengo que saber qué empresas venden también auriculares.
También existe la competencia indirecta, que son aquellas empresas que venden un producto distinto al tuyo, pero que en cierta manera cumple la misma función.
Voy a poner un ejemplo de competencia indirecta muy muy sencillo: si yo tengo sed, puedo calmar la sed con una botella de agua, o con una Coca-Cola.
Son productos distintos, y lo pueden vender empresas distintas, y que a lo mejor no tienen ni por qué vender lo mismo, pero cubren la misma necesidad, quitarme la sed.
Si tengo tiempo libre, pues lo puedo gastar en una máquina de juegos, leyendo un libro, o lo que sea. Lo que quiero decir es que también identifiques aquellas empresas que pueden ser sustitutivos de tu producto, aunque sean distintos productos.
Otra cosa en lo que debes de tener cuidado, es en el caso de que no veas nada de competencia cuando hagas el estudio de mercado.
Esto muchas veces nos alegra, porque no vemos competencia, pero si ocurre esto, te recomiendo que saques la bandera roja.
Cuando no hay competencia, algo está pasando, porque somos miles de millones de personas en todo el mundo, sería difícil que solo tú hayas tenido esa gran idea, ¿verdad?. Estadísticamente, sino imposible, al menos sí que es muy poco probable.
Por lo tanto, si no está en el mercado esa idea, plantéate el por qué, investiga más a fondo.
La idea puede ser buena, pero cuidado, a lo mejor el mercado no está preparado para comprarla. A lo mejor es un producto demasiado innovador para este momento, quizás el mercado es muy pequeño y no es rentable, o el mercado quiere el producto pero no está dispuesto a pagar el precio que vale para ser rentable.
Son muchas las razones que pueden haber, por lo que cuando vemos un escenario de cero competencia, a mí eso me da terror, porque algo está pasando.
Lo mismo te digo si nos vamos un escenario súper saturado, pues también es complicado.
Lo suyo para lanzar una idea, un producto o un servicio, sería ver un escenario donde encontremos huecos de mercado, pero que haya competidores que veamos que están funcionando en ese mercado.
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Define tu audiencia.
A continuación tenemos que definir una audiencia con la que vamos a validar el producto.
Sigamos con el ejemplo de los auriculares.
Unos auriculares los podemos vender prácticamente, pues te digo que casi a toda la población, desde 14 años, hasta 28, 45, o 60 años.
Pero claro, lo que queremos es hacer una validación de mercado, no puedo intentar llegar a todo el mundo, es más, tengo que buscar esa diferenciación respecto mi competencia.
Entonces, hay que definir un público más estrecho, por ejemplo: ir dirigidos únicamente al público femenino, porque van a ir con ciertos diseños, y además que tengan un rango de edad entre los 18 y los 25 años, porque voy a ir dirigido a personas más jóvenes. Bien, ya tendrías un nicho, ya tendrías tu audiencia.
Es muy importante en esta fase de la validación de mínimo producto viable, acotar tu mercado el máximo posible, porque estamos tratando de testar nuestra idea o producto, y si el mercado es muy grande, vas a necesitar muchos más recursos económicos y materiales.
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Crea un prototipo.
Si es posible, desarrolla un prototipo del producto, o una apariencia del producto.
Aquí dependerá de si es un producto físico o un producto digital.
Por ejemplo, si es un producto digital puedes hacer un tanteo de mercado sin tener el producto creado.
Imagínate que vas a lanzar un curso de X temática. Antes de desarrollar todo el curso, primero haz una preventa que con 10 euros hacen una reserva del curso, y además van a tener un descuento por ser los primeros en comprarlo.
Lo que estás consiguiendo con esto, es que todavía no has invertido en todo el desarrollo de tu producto, pero ya estás viendo si genera cierta atracción en el mercado, y esto por ejemplo con productos digitales, en muchos casos es muy interesante.
También se puede hacer con productos físicos, en vez de hacer una gran producción, se puede hacer alguna versión más económica o producir los mínimos productos imprescindibles para hacer la validación, o un primar acercamiento con algún prototipo para poder mostrarlo pero sin tener el producto final.
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Lánzalo al mercado.
Una vez tienes completado el paso anterior, puedes ver de primera mano si realmente hay cierta tracción o no lanzándolo al mercado. Si no ves tracción puede que a lo mejor no sea una buena idea.
En el momento que ves que el producto tracciona bien, ahí ya tiene sentido seguir hacia adelante.
Una vez que ya tienes ese primer prototipo, empieza a lanzarlo al mercado para testarlo con gente que no conoces.
Lo mejor para esta parte es la publicidad digital en Google o en redes sociales como Facebook o Instagram.
Aquí no es suficiente con subir contenido en redes sociales, porque no tienes alcance, y el alcance que tienes además no va a estar segmentado, no va a llegar exactamente a tu cliente objetivo. Por lo tanto, lo que estás haciendo es disparar a todos lados, y perder el tiempo.
En este caso la única manera de poder llegar rápido, y de manera concisa a quien queremos, es con publicidad digital.
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Define un presupuesto.
Define un presupuesto que consideres oportuno para ese lanzamiento. Dependiendo del proyecto, necesitarás más o menos, hay proyectos pequeños que con 500 euros puedes tener un primer testeo, y hay otros que necesitan 50.000€.
Bien, aquí ya hay que analizar en función de cada uno de los proyectos, pero esto lo que te va a permitir es llegar exactamente a tu público.
No podemos caer en la trampa al principio de no invertir, de empezar orgánicamente esperando que se haga viral, y ya después empezar a invertir en publicidad, esto no es así, es al contrario.
Primero hay invertir, hay que sembrar para luego recoger. Es muy importante esto porque si no, puede que tengas una idea de negocio excelente, y que además sea un buen negocio, pero no te lo parezca porque realmente no estás llegando a las personas adecuadas, y por eso no lo estás vendiendo.
Tómate muy en serio esta parte, consigue los recursos que necesites para invertir en ello. A lo mejor tienes que recurrir a una ronda de inversión, o tienes que pedir un pequeño préstamo, o tirar de tus ahorros.
Nadie ha dicho que emprender fuese fácil, al final emprender implica correr riesgos, ningún emprendimiento es seguro al 100%, es más, los que habéis emprendido sabéis que unas veces sale bien y otras veces no sale tan bien.
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Crea el producto final.
Una vez que está testado el producto o la idea, vemos que a la gente le está gustando, que la gente empieza a comprarlo, empieza a repetir en la compra, y se está generando una demanda real, es el momento de ir perfeccionando el producto, crear ese producto final si no lo tenías creado, para dar el siguiente paso.
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Acelera el crecimiento.
El siguiente paso es acelerar el crecimiento, escalarlo para que llegue a más personas, y aquí ya es donde vamos a entrar mucho más de lleno en acciones de marketing y comunicación, para continuamente testarlo y optimizarlo.
El mínimo producto viable, es la primera fase que cualquier emprendedor, cualquier proyecto necesita para ponerlo en el mercado sin correr más riesgos de los necesarios en cada momento.