Toda la lógica hace pensar que, en efecto, los jóvenes adoran en teletrabajo. No solo parece que es una de las grandes exigencias con las que la generación Z está transformando de alguna forma el mundo laboral, sino que en algunos casos los profesionales de menor edad han crecido así. Muchos de ellos dieron el salto al mundo laboral en plena pandemia.
Poniendo la lupa en el asunto, se pueden sacar conclusiones que desafían a esta lógica. Así lo ha hecho un llamativo estudio que, sorprendentemente, defiende precisamente lo contrario: a pesar de todo, los jóvenes se cansan antes del teletrabajo de lo que lo hacen los trabajadores de mayor edad, que sí tienen más facilidad para adaptarse a estar fuera de la oficina.
¿Por qué los jóvenes se cansan antes del teletrabajo?
¿Funciona eso de teletrabajar desde casa? Muchas veces, al enfocar esa pregunta, se olvida un factor fundamental, en el que sí han hecho hincapié algunos estudios: depende de la vivienda. Al indagar sobre eso, los investigadores Martijn Stroom, Piet Eichholtz y Nils Kok han descubierto que los trabajadores jóvenes se cansan antes del teletrabajo que sus mayores y se han preguntado la razón.
Tal y como se deduce por las respuestas de las más de mil personas encuestadas, tiene su lógica. Para teletrabajar desde casa lo primero que hay que tener es una casa. Algo a lo que no todos los jóvenes pueden aspirar, dada la complicada situación de las hipotecas y los alquileres, que dificultan sobremanera la independencia de las nuevas generaciones.
Teletrabajar cuando tienes que compartir casa, vives en 20 metros cuadrados o todavía debes seguir con tus padres, no es el escenario perfecto, y no faltan quienes, al menos a la larga, deciden añorar la oficina. Algo que a la gente de más edad, que sí tienen viviendas propias y otras comodidades que parecen impensables hoy, no le sucede en absoluto.
También llama la atención cómo la realidad de contar con una casa tranquila, sin ruido, espaciosa y con un mobiliario adecuado puede finalmente influir también en la aceptación a largo plazo del teletrabajo. La conclusión del estudio está clara, por lo tanto: no todas las casas son adecuadas para el teletrabajo, y los jóvenes ahí tienen siempre las de perder.
A vueltas con la productividad
El mismo trabajo también pone de manifiesto otra circunstancia interesante, el mero hecho de teletrabajar solo o hacerlo en compañía también puede influir en un aspecto que siempre pone en tela de juicio el teletrabajo: la productividad. Otro hecho interesante (y curioso, cuanto menos), es que de entre los encuestados, aquellos solteros se concentran peor que quienes tienen pareja.
Además, podría pensarse que un empleado en remoto con hijos sería menos productivo que uno sin ellos, por las molestias que podría causar, ¿no es así? Pues el informe también llega a la conclusión contraria: por regla general, los trabajadores que son padres asumen y llevan mejor el teletrabajo, lo cual parece coincidir con sus exigencias de horarios cada vez más flexibles.