Hay algo que surge en muchas de las sesiones estratégicas que realizo con las personas que reservan una reunión gratuita.
Antes de contarte qué es, permíteme decir esto:
La industria del marketing está llena de artistas de la ilusión.
Todos lo sabemos.
Personas que mienten sobre los resultados que generan y comparten capturas de pantalla de resultados supuestamente impresionantes.
Personas que prometen el mundo, pero lo que en realidad entregan es el vacío más absoluto (después de haber cobrado sus honorarios de vendehúmos, claro).
Esto (que seguro que te resulta familiar) no es cuestión de internet ni cuestión de ahora.
De toda la vida el mundo profesional ha estado (y está) lleno de fantoches y charlatanes.
Están los que se venden…
Y luego están los que producen resultados.
Nunca son los mismos.
No estoy aquí hoy para dar nombre y apellidos. Solo estoy reconociendo el hecho de que, desafortunadamente, existen este tipo de personajes.
Y, por supuesto, el mundo de los negocios digitales no es una excepción.
¿Has sido víctima de un vendehúmos, Jose?
He aquí el quid de la cuestión:
Si te ha pasado, es superchungo, y entiendo a la perfección como puedes sentirte hoy: sin resultados y con varios miles de euros menos en la cuenta bancaria.
No hay sabor más amargo que gastar entre 5.000€ y 50.000€ en marketing para obtener la NADA a cambio.
De hecho, a mí me ha pasado más de una vez:
- He hecho un MBA que me ha costado 20.000€ para lograr cero beneficios económicos tangibles.
- He comprado programas y mentorías de decenas de miles de euros, sin conseguir nada y para sentirme además solo, sin acompañamiento alguno.
- He comprado servicios de agencias en campañas tipo generación de Leads & Ventas en los que nos he gastado 50.000 y 100.000€ en branding para nada más que pagar el precio de la agencia y los sueldos de todos los colaboradores que he tenido que contratar para realizar estas campañas.
A lo que iba.
Últimamente veo esta esta actitud victimista más a menudo…
«He comprado 4 cursos / he contratado 4 agencias y mi dinero se ha esfumado. Me da miedo no conseguir resultados contigo… y que acabes siendo igual que los demás, un carterista de guante blanco»
Mira… lo entiendo. Tu frustración es grande.
Hasta ahora no has conseguido los objetivos que te has marcado.
Pero ¿sabes qué?
Si 4 expertos que han vendido cursos que no han funcionado o si 4 agencias no han sido capaces de conseguir llevarte a los resultados que esperas, el único factor en común que hay en estas 4 experiencias es: TÚ MISMO.
¿Qué quiero decir con esto?
Pues que si alguien se queja constantemente de las colaboraciones con terceros que ha tenido en el pasado (incluso cuando sea cierto), esto provoca una señal de alarma para mí:
- O tiene expectativas irreales.
- O es el típico soberbio tóxico que te exige las cosas para ya mismo.
- O sencillamente, no es capaz de hacer funcionar su negocio. Y punto.
Y en todos los casos tengo razón al activar mis señales de alarma.
Todos cometemos errores.
Yo el primero, Jose.
Todos tenemos malas experiencias… pero debemos asumir nuestra propia responsabilidad por el papel que nosotros mismos desempeñamos en cada proyecto.
Una formación, una colaboración con una agencia de marketing o un diseño de branding es cosa de 2.
Siempre.
Puede que no tengas nada que reprocharte en tu última experiencia, quizás hasta en las 2 últimas.
Pero 4 de 4… Ya no me cuadra.
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Por eso es importante asumir la responsabilidad propia cuando estás a la cabeza de un negocio, para bien y también para mal.
Esta es la única manera de recuperar tu magia, Jose.
¿Y cómo se responsabiliza uno de estas cosas de forma concreta?
Fácil.
Observa por qué sucede, trata de no reproducir patrones que han demostrado no funcionar una y otra vez y asume de una vez para siempre tus decisiones (las buenas y ¡también las malas!).
Por ejemplo:
- Comprar un training a un vendehúmos por no haber realizado tu trabajo de análisis antes de comprar.
- Contratar a un tercero y dejarle trabajar solo, sin acceso a ti, exigiendo resultados que tú mismo has sido incapaz de generar.
- Culpar a tus empleados de tu falta de visión, liderazgo y resultados.
- Creer que el juego de los negocios es un juego en el que todos ganan, rápido y sin esfuerzo. Uno de cada 10 negocios seguirá en pie en 5 años. Así son las cosas: los premios molan, pero las dificultades, las que duelen… son el pan cotidiano de los empresarios.
El secreto es el siguiente: asumir tu parte en la responsabilidad y contratar a quienes les importan sus clientes y realmente obtienen resultados.
Comprendo que especialmente ahora vivimos un momento un tanto… tenso. Entiendo que la incertidumbre sea mayor, pero…
¿El escepticismo es la solución?
Si crees que una agencia o un mentor te va a ayudar a tener un gran negocio que factura con soltura las 6 cifras al año sin que tú mismo te involucres en los detalles de tus operaciones, apaga y cierra el chiringuito.
Un buen mentor puede escalar los resultados que ya estás produciendo.
Pero hacen falta unos cimientos básicos: que ya estés produciendo resultados.
Unos meses mejores, otros peores… pero resultados al fin y al cabo.
Todo se resume en un único cambio…
Cambia la queja por la gratitud, los resultados por los progresos, y la necesidad a corto plazo por la visión a largo plazo.
Ya me has oído decirlo más veces: la gente tiende a subestimar el poder del largo plazo.
Así que responsabilízate de verdad y pasa a la acción.
Sal ahí fuera, comparte tu mensaje con el mundo y ve a por estos triunfos que te esperan en tu camino.
Just
Do
It
Pero con la mente clara sobre quién lidera tu negocio y tu vida.
¿Has despertado leyendo este correo, Jose?