Trabajar desde casa sigue siendo una opción residual en la UE

Pese a que el trabajo remoto cobra pulo en diversas partes del mundo, su adopción todavía es muy tímida en la mayor parte de países de la Unión Europea, tal y como revelan fuentes de Eurostat.

Trabajar desde casa es una opción que gana enteros gracias a las políticas de flexibilidad laboral, la transformación digital y la ruptura de barreras espaciotemporales propiciada por la revolución tecnológica. Aunque se augura un futuro donde cada vez tenga más peso dicha modalidad de trabajo, todo parece indicar que dentro de los lindes de la Unión Europea todavía experimenta una acogida escasa. 

Según datos publicados por Eurostat y basados en una encuesta de 2018, únicamente un 5,2% del personal activo residente en la Unión Europea afirma trabajar normalmente desde casa. Resulta sorprendente que según la agencia estadística comunitaria, la cifra haya rondado el 5% en la última década, sin apenas cambios. La proporción de hombres y mujeres es similar, siendo ligeramente superior la de ellas, con un 5,8%.



Por otra parte, las personas mayores trabajan desde casa con más frecuencia que las más jóvenes: el informe muestra que la proporción de quienes trabajan desde casa aumenta con la edad. Así, en la Unión Europea solamente el 1.8% de los jóvenes entre 15 y 24 años solía trabajar desde casa en 2018, en comparación con el 5.0% de la franja comprendida entre los 25 y los 49 años y el 6,4% entre los 50 y los 64 años.

La mayor proporción de jóvenes de 15 a 24 años que solían trabajar desde casa se registró en Luxemburgo (8,7%). El siguiente Estado miembro más alto fue Estonia (5,2%).

Para las otras categorías de edad, los Países Bajos registraron las proporciones más altas de aquellos que generalmente trabajan desde el hogar (14.9% entre los 25-49 años y 17.3% entre los 50-64 años). Les siguió Finlandia (14.0% entre los 25-49 años y 15.6% entre los 50-64 años). En España, este porcentaje solo es el 4,3% de los trabajadores, frente al 3,1% en 2008.

La principal conclusión es que en las economías nórdicas y del centro de Europa el trabajo desde casa comienza a jugar un papel destacable, siendo mucho más residual en las naciones del sur y del este.

Vía: TicBeat

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