Poco después de que el expresidente Donald Trump eligiera al senador JD Vance como su compañero de candidatura en julio, el comentario de 2021 del senador de Ohio sobre las «mujeres con gatos y sin hijos» volvió a circular y desató una tormenta en las redes sociales. Según afirmó, Estados Unidos está gobernado por «un puñado de señoras con gatos y sin hijos que se sienten miserables en sus propias vidas» y que «quieren hacer que el resto del país también se sienta miserable».
Las mujeres no tardaron en responder: Jennifer Aniston, que ha hablado abiertamente de sus problemas de fertilidad, respondió en redes sociales. Taylor Swift dio un giro inesperado a la situación y publicó su apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris con la frase «mujer con gatos y sin hijos» (o childless cat lady, como se las conoce en inglés) junto a una foto de Swift y su gato, Benjamin Button. Meghan McCain, hija del difunto senador John McCain, afirmó en una publicación en redes sociales que el comentario mostraba «insensibilidad y crueldad hacia las mujeres».
Pero el grosero comentario de Vance, como él mismo declaró más tarde, no se debió tanto a su preocupación por el estilo de vida personal de las mujeres como a su inquietud por la creciente influencia de las mujeres solteras en la sociedad estadounidense. En eso no se equivoca: en pocos años, las mujeres solteras se han convertido en un bloque de votantes muy unido, que vota mayoritariamente a los demócratas.
Parte del cambio es demográfico: en las últimas décadas, el número de mujeres solteras en Estados Unidos se ha disparado. En 2023, vivían en Estados Unidos 43 millones de mujeres solteras, un 55% más que en el 2000. Un análisis realizado el año pasado por el Pew Research Center reveló que una cuarta parte de las personas de 40 años en 2021 no se habían casado nunca, frente al 6% de 1980.
Las mujeres solteras son mayores, tienen más estudios y son más independientes económicamente que la generación anterior. Y tienen ganas de votar. En el año 2000, el 48% de las mujeres solteras declararon que votaban. En 2020, ese porcentaje se elevó a la cifra récord del 61%. Según la empresa de datos políticos Catalist, las mujeres solteras representan ahora una cuarta parte del electorado. (Los hombres solteros, por su parte, representan el 19%).
Pero los datos demográficos no explican por qué este bloque de votantes se ha vuelto tan decisivo para el éxito de los demócratas.
En una encuesta de Pew de 2023, más de siete de cada diez mujeres solteras se identificaban como demócratas o se inclinaban por este partido, frente al 45% de las casadas. En 2020, las solteras representaban casi un tercio de los votantes de Joe Biden. Cuando Harris se hizo con la candidatura, su apoyo entre las mujeres solteras aumentó.
En junio, antes de que se convirtiera en la candidata demócrata, menos de la mitad de las mujeres solteras en una encuesta de YouGov declararon tener una impresión favorable de ella. En septiembre, esa cifra había aumentado a casi dos tercios. Y su apoyo va en aumento: según una encuesta reciente de Ipsos, Harris lidera la intención de voto de las mujeres solteras con casi 40 puntos de ventaja.
Los conservadores han empezado a reconocer el creciente problema para su partido. Cuando las encuestas a pie de urna de 2022 revelaron que las mujeres solteras apoyaban mayoritariamente a los demócratas, Jesse Watters, presentador de Fox News, afirmó: «Las mujeres solteras y los votantes menores de 40 años han sido captados por los demócratas. Así que necesitamos que esas mujeres se casen».
Por su parte, los demócratas están aprovechando su nuevo impulso y tratan de cultivar el apoyo entre las mujeres solteras defendiendo con más vigor las cuestiones relacionadas con la mujer y el derecho al aborto. Las elecciones de 2024 están preparadas para afianzar aún más la creciente división política entre hombres y mujeres.
Cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos tumbó el precedente de Roe vs. Wade —fallo que en 1973 convirtió la interrupción voluntaria del embarazo en constitucional— rompió el incómodo statu quo de la política abortista. La decisión de Dobbs puso a los republicanos claramente a la defensiva, movilizó a los votantes a favor del aborto y transformó el panorama político. El aborto se convirtió en una llamada a la acción para muchas mujeres, especialmente las solteras.
Poco antes de las elecciones de mitad de legislatura de 2022, el 54% de las mujeres solteras que participaron en una encuesta realizada por el Survey Center on American Life afirmaron que el aborto era una prioridad fundamental.
En una encuesta de Gallup realizada en 2020, el 21% de las mujeres solteras afirmaron que no podrían apoyar a un candidato que no compartiera sus puntos de vista sobre el aborto; este año, esa cifra ha aumentado hasta el 35%. La Encuesta Social General ha descubierto que los estadounidenses en general apoyan cada vez más el acceso al aborto en cualquier circunstancia, pero el cambio entre las mujeres solteras ha sido especialmente drástico. En su encuesta de 2022, dos tercios de las mujeres solteras señalaron que el aborto debería estar disponible por cualquier motivo, una opinión que mantenían menos de la mitad de las mujeres solteras una década antes. Aunque los hombres también se han vuelto más partidarios del aborto, no han cambiado tanto como las mujeres solteras.
No es casualidad que la campaña de Harris sea enfática en su apoyo al aborto y los derechos reproductivos, proponiendo recientemente la eliminación del filibusterismo para aprobar legislación federal que legalice el aborto. A diferencia de Biden, Harris ha abordado la cuestión de forma más directa y sin pedir disculpas. Para subrayar el poder político de las mujeres solteras, Trump —tras negarse previamente a responder a la pregunta— afirmó recientemente que, de ser elegido, vetaría una prohibición nacional del aborto.
Existe una creciente división política entre hombres y mujeres jóvenes, una brecha que comenzó a formarse a raíz del movimiento #MeToo. A medida que famosas, denunciantes y mujeres normales se sintieron animadas a hablar sobre su maltrato sexual, las mujeres adquirieron un sentido de solidaridad entre sí. Una mujer de 28 años entrevistada por el Pew Research Center en 2022 sobre su apoyo al #MeToo afirmó: «Creo que es bueno que la gente sepa que no está sola y que hay mucha gente ahí fuera que ha pasado por lo mismo que ellas».
El aumento de las experiencias compartidas, especialmente en internet, ayuda a explicar por qué tantas mujeres solteras creen que lo que les ocurre a otras mujeres en EEUU influye directamente en sus propias vidas, un fenómeno denominado «destino ligado». En un estudio del 2022 Survey Center on American Life, el 63% de las mujeres solteras afirmaron que, en todos los sentidos o en la mayoría de ellos, lo que les ocurre a otras mujeres en EEUU afecta a sus propias vidas.
Esta nueva alianza ha prosperado incluso cuando la desigualdad de género y la mala conducta sexual han persistido. Un estudio realizado en 2020 por el Pew Research Center reveló un aumento espectacular del número de incidentes de acoso sexual en las redes sociales denunciados por mujeres jóvenes. Más de una de cada tres mujeres jóvenes declaró haber sido acosada, insultada o amenazada. En un estudio de 2023, cuatro de cada diez mujeres solteras aseguraron haber recibido imágenes sexuales no solicitadas.
Para las mujeres solteras que creen cada vez más que el estatus quo es intolerable, la promesa de una nueva dirección expresada por una candidata que afirma comprender sus luchas es una parte fundamental de su atractivo.
A raíz del #MeToo, más mujeres han declarado sentir miedo de convertirse en víctimas de agresiones sexuales, un temor que se siente con mayor intensidad entre las mujeres solteras. En una encuesta de Gallup de 2023, casi cuatro de cada diez mujeres solteras declararon que les preocupaba con frecuencia ser agredidas sexualmente o violadas. Solo el 16% de las mujeres casadas señalaron lo mismo.
Estos temores adquieren más peso si se tiene en cuenta que la soltería ya no es una etapa temporal para muchas mujeres, sino un estilo de vida permanente para muchas. Como la edad media de los primeros matrimonios sigue aumentando, incluso las mujeres que acaban casadas o en parejas de larga duración pasan ahora más tiempo viviendo y trabajando solas. Cuestiones como el cuidado de los hijos, las diferencias salariales y la protección de la mujer cobran aún más importancia cuando se construye una vida sin pareja.
Más que nada, lo que define la política de las mujeres solteras es el creciente malestar que sienten sobre el lugar de la mujer en la sociedad estadounidense. Durante la mayor parte de las dos últimas décadas, las mujeres se sentían satisfechas con el trato que recibían en Estados Unidos. Todo eso cambió tras la elección de Trump y el movimiento #MeToo. Menos de la mitad de las mujeres que participaron en una encuesta de Gallup en 2021 afirmaron sentirse satisfechas con el trato que recibían en la sociedad estadounidense, un mínimo histórico. Las mujeres solteras eran las menos satisfechas.
La combinación de conexión y descontento tiene implicaciones políticas cruciales. La creencia de que las mujeres de Estados Unidos se enfrentan a luchas similares fomenta un sentimiento de solidaridad que, según las investigaciones, puede estimular el compromiso político.
En cierto modo, los demócratas tuvieron suerte con Harris. Aunque las mujeres solteras suelen apoyar a los demócratas, no estaban demasiado entusiasmadas con la candidatura de Biden. Sin embargo, encuesta tras encuesta, las mujeres solteras han apoyado firmemente a Harris.
Aunque ha restado importancia al carácter histórico de su candidatura, la posibilidad de elegir a la primera mujer presidenta es importante para las mujeres solteras, lo que podría explicar el aumento del apoyo a Harris. En una nueva encuesta realizada por el Survey Center on American Life, el 60% de las votantes solteras afirmaron que la elección de una presidente mujer era «muy importante». Muchas menos votantes casadas, el 43%, compartían esta opinión.
Pero aunque Harris se ha mostrado circunspecta sobre la cuestión del género, su campaña ha realizado una amplia labor de acercamiento a grupos de mujeres, como Win With Black Women, Alpha Kappa Alpha Sorority y She the People. También apareció recientemente en el exitoso podcast Call Her Daddy, muy popular entre las mujeres de la generación Z.
Harris puede hacer algo que Biden nunca pudo: convencer a los estadounidenses de que ella representa una ruptura con el pasado. Biden, un hombre blanco de 81 años que lleva medio siglo en política, siempre iba a tener dificultades para convencer de que es un agente del cambio, especialmente entre las mujeres solteras.
Aunque Harris no se haya diferenciado mucho de Biden en los temas, es más probable que los votantes crean que ella representa el cambio. Y para las mujeres solteras que creen cada vez más que el statu quo es intolerable, la promesa de una nueva dirección expresada por una candidata que afirma comprender sus luchas es una parte fundamental de su atractivo.
Por ahora, los republicanos parecen más interesados en atraer a los hombres jóvenes que a las mujeres solteras. La campaña de Trump publicó recientemente anuncios en estados clave en los que criticaba al gobernador Tim Walz, compañero de fórmula de Harris, por subir los impuestos a Zyn, una bolsita de nicotina sin tabaco muy popular entre los jóvenes. En otro anuncio aparecía Jake Paul, un youtuber con muchos seguidores jóvenes, criticando a Harris.
En unas elecciones reñidas, todos los grupos de votantes son importantes, pero si Harris mantiene su ventaja entre las mujeres solteras, podría tener un camino decisivo hacia la victoria.