Si te gustan las películas de esas en las que hay un grupo de reclutas que se preparan para ser «marines» habrás visto que repetir algo una y otra vez lo convierte en un hábito. Consigue que eso que al principio te cuesta, llega un punto en el que lo haces sin pensar. Sin embargo, crear buenos hábitos no es un paseo por el campo, exige tiempo y dedicación y eso que ahora no está de moda, disciplina.
Los hábitos moldean tu comportamiento o lo que es lo mismo, tu vida. Así que, es fundamental identificar cuáles de esos hábitos te impulsan y cuáles son como piedras en tus zapatos. Cuando conviertes esos hábitos en disciplina, eliminas o reduces la desmotivación y aumentan las opciones de alcanzar tus metas.
Para un Profesional Libre, donde el único jefe eres tú mismo, la disciplina es tu mejor amiga. Con un plan claro y hábitos sólidos, puedes prosperar profesional y personalmente, sin desviarte de tu ruta.
Los hábitos te permiten actuar sin pensar
Tus hábitos son como tu piloto automático personal. Una vez que están establecidos, puedes realizar tareas repetitivas sin gastar energía mental, liberando tu mente para enfocarte en lo que realmente importa, tus ideas más locas de tus Proyectos Paralelos. Al convertir acciones cotidianas en hábitos, logras ser más eficiente. Tu esfuerzo se destina a resolver esos problemas complejos y a avanzar hacia tus objetivos más importantes.
Los hábitos refuerzan tu Marca Personal
Ser disciplinado y constante no solo mejoran tu productividad, sino que también refuerza tu reputación profesional. Mantener un compromiso firme con tus responsabilidades proyecta una imagen fiable que genera confianza en clientes, colegas y seguidores. Esa fiabilidad, desarrollada mediante la disciplina, es esencial para destacar en cualquier campo y, por supuesto, para ganar y mantener la lealtad de quienes valoran tu trabajo.
La Importancia de la Disciplina
La disciplina puede sonar un poco dura en estos tiempos, pero es necesaria para que tus proyectos no se queden solo en ideas. Es lo que te empuja a levantarte cada día y dedicar tiempo a tus metas, incluso cuando Netflix está ahí, llamándote. Y ojo, no se trata de volverte un robot, se trata de encontrar ese equilibrio entre disfrutar de la vida y trabajar en tus proyectos. Al final, es lo que te permitirá avanzar, paso a paso, aunque no siempre estés súper motivado.
Adapta tu rutina a tu estilo de vida
No hay un único horario que funcione para todos. Algunos son más de madrugar, otros prefieren empezar más tarde y trabajar hasta la noche. Lo importante es que tu rutina se adapte a tus necesidades y a las expectativas de tus clientes o colegas, si es que trabajas con otros.
Administra tu imagen y establece límites claros
Trabajar en casa no significa que estés disponible las 24 horas para cualquier plan que surja. Muchos no entienden que, aunque tu horario sea flexible, eso no convierte tu tiempo en «libre». Debes ser el primero en respetarte y tomarte en serio. Comunica claramente que tienes límites y que tu tiempo es valioso. Establecer fronteras claras es crucial para que otros respeten tu espacio y te respeten.
Organiza tu tiempo como te convenga
Ser Profesional Libre te da la libertad de elegir tus horas, ya sea de 8 a 4 o de 2 a 10, pero la clave está en respetarlas. Define un horario que funcione para ti y síguelo sin excusas. Si terminas antes, aprovecha ese tiempo para aprender, leer o planificar futuros proyectos. Y sí, intenta trabajar al menos 8 horas diarias. Si necesitas un toque de flexibilidad, reserva los viernes para jornadas más ligeras. Organización y disciplina, sin perder la libertad.
Combate tus malos hábitos desde el principio
Si tus malos hábitos personales impactan tu éxito profesional, es hora de hacer un cambio. Si eres desordenado o tiendes a dejar las cosas para más tarde, eso afectará a tus proyectos y tus ingresos. Identifica esos hábitos poco productivos y reemplázalos por rutinas positivas. Planifica tu día, organiza tu espacio y gestiona bien tu tiempo. Así, no solo lograrás un equilibrio en tu vida, sino que también potenciarás el crecimiento de tus negocios.
Conviértete en un gestor de hábitos
Las rutinas son una buena forma de mantener el ritmo cuando trabajas desde casa. Levantarte a la misma hora todos los días, como si fueras a la oficina, prepara tu mente y cuerpo para un día productivo. Si tienes compromisos matutinos, como llevar a los niños al colegio, aprovéchalos. Si no, crea tu propia rutina para comenzar con buen pie. Empezar el día de manera organizada mejora tu ánimo y salud, convirtiendo tus hábitos en aliados para una jornada laboral eficiente.
Crea tus propias fechas límite
Si eres de los que trabajan mejor bajo presión, perfecto. Necesitas establecer fechas límite para ti mismo. A veces, tener a alguien externo que te marque esos tiempos puede ayudar, pero muchas veces tú mismo puedes ser tu mejor motivador. Yo he notado que, al igual que mi editor que me pone plazos, crear mis propias fechas límite me empuja a avanzar.
Crea tus rituales
Establece un pequeño ritual que te ayude a entrar en «modo trabajo». Puede ser preparar una taza de café, organizar tu escritorio o realizar una breve actividad que te motive. Un espacio ordenado y una rutina sencilla no solo limpian las distracciones, sino que también envían una señal a tu mente de que es hora de concentrarse. Este «disparador» hace que el cambio hacia el trabajo sea más fluido, ayudando a que tu día sea más productivo y agradable.
Trabaja incluso cuando no te apetezca
La disciplina es clave cuando no tienes a un jefe mirándote por encima del hombro. Mantener tu rutina diaria, como revisar correos a la misma hora que lo harías en una oficina, te ayuda a mantener el ritmo y a asegurarte de que cumples con tus responsabilidades. Así, incluso cuando no te apetece escribir un post como este o ir a un evento de Networking, tu rutina te guiará, dando sentido a lo que haces.
Ser un Profesional Libre es genial, pero complicado a veces. Con disciplina, buenos hábitos y una pizca de humor, puedes avanzar más rápidamente.