Imagínate que estás en una reunión, en una fiesta y quieres quedar bien con todo el mundo. Y en un momento dado hay cierta conversación compleja, tal vez críticas indebidas, alguien está defendiendo algo sin sentido o proclamando algo descabellado y tú sonríes, callas y no dices nada. Sin embargo, al llegar a casa sientes un remordimiento por haberte callado y no haber dicho algo, o porque te hicieron sentir mal o inferior y eso crea una tensión interna, un conflicto tal vez de rabia o resentimiento. Muy posiblemente estarás afrontando las consecuencias de no haber sido fiel a ti mismo.
1. ¿ERES FIEL A TI MISMO O INTERPRETAS UN PERSONAJE PARA ENCAJAR?
A lo mejor el problema es que en esa reunión estabas siendo un personaje en vez de la persona real que eres, querías encajar y no tener un conflicto, pero al callar, aguantar y no defender lo correcto, es como si no te hubieses respetado a ti mismo. Has sido infiel a tus valores y eso te llena de tensión pensando que deberías de haber dicho algo. De ahí surge esa parte de ti agresiva que quiere justicia, aparece tu sombra.
Esa parte de ti es necesaria y la tienes que desarrollar, domesticar, porque es la parte del héroe que defiende lo justo, que no tolera la humillación, ni la injusticia, la parte de ti que se hace respetar.
Todos necesitamos desarrollar esa parte de nosotros porque sino podemos convertirnos en frágiles víctimas. Ese es el perfil de la persona que no se defiende a sí misma, de la que abusan porque permite cosas que no debería permitir: callan cuando tendrían que hablar, toleran lo intolerable por el miedo a que le critiquen o le rechacen. Así nos hacemos cómplices del mal y el resentimiento no nos dejará vivir en paz por no haber defendido lo justo.
► Trabaja tu asertividad
Tienes que aprender a hacerte respetar, tener asertividad, y no supeditar tu bienestar emocional a querer caer bien, encajar y gustar. Necesitas desarrollar esa personalidad, siendo a la vez una presencia amable, pero que transmite seguridad, que no toleras lo intolerable, que te vas a defender. Solo así la gente te respeta, la gente mide sus palabras contigo porque no eres alguien que va a aguantar todo.
Es importante ser buena persona, desarrollar un carácter noble, pero eso no significa callar y tragar para no meterse en líos por querer evitar conflictos. Lo que ocurre si haces eso es que te conviertes en un saco de boxeo que recibe golpes, donde todo el mundo puede desahogarse porque no reaccionas, sonríes y callas. ¿Y sabes lo peor? Que crees que eso es ser buena persona ¡y para nada! Es todo lo contrario: es ser como un animal indefenso y paralizado en mitad de la carretera.
2. CALLAR Y JUSTIFICAR TODO NO ES SER BUENA PERSONA
Una buena persona no es la que calla y justifica todo, no es la que tolera todo para evitar el conflicto, esa es la persona que permite que el conflicto siga creciendo porque no defiende lo justo, no se levanta y habla, y además no puede proteger a nadie. Una buena persona es la que defiende al débil, la que se levanta y exige justicia, la que le para los pies al maltratador, esa es una buena persona, y no alguien indefenso que proclama que es buena persona.
En la vida no existe la opción de no pagar el precio de las consecuencias, tanto de lo que hacemos como de lo que no hacemos, de lo que pretendemos ignorar y evitamos, de lo que decimos como de lo que callamos. Así que levántate, aprende a defender tus principios y tus valores, a defender lo justo, aprende a articular tus palabras, tus ideas y principios.
Todos tenemos que asumir con qué consecuencias queremos vivir, si con las de la cobardía o las consecuencias de la valentía. ¿Con qué consecuencias crees que vas a vivir mejor ante ti mismo?