Al vivir en Silicon Valley, veo personas que están locamente conectadas a sus smartphones, sobre todo gente en modo startup que siente que tiene que estar a tope con sus negocios en todo momento del día.
Soy una emprendedora en serie. Me dedico actualmente a una aceleradora de crecimiento empresarial llamada ‘The Pitch Club’, que lancé en septiembre de 2020. Enseño a otras empresarias a conseguir más visibilidad. En este momento, tengo tres empleados a tiempo parcial.
Mi equipo usa Slack para comunicarse. Utilizo Voxer y SMS para enviar mensajes a los clientes. En 2020, me di cuenta de que cogía mi móvil docenas de veces durante el día para revisar Slack o mis correos electrónicos, sintiendo que necesitaba estar conectada con mi negocio. A veces, estaba resentida con mi negocio porque no podía alejarme de él.
Lo que realmente me hizo cambiar las cosas fue algo que pasó hace dos años. Estaba hablando por teléfono y mi hijo, que entonces tenía seis años, quería que jugara con él. Seguí diciéndole que esperara un minuto y al final empezó a llorar. Me sentí fatal. Mi hijo necesitaba atención, pero yo le estaba mostrando que mi dispositivo era más importante. Sabía que era hora de hacer las cosas mejor.
Comencé estableciendo límites de pantalla y finalmente eliminé de mi teléfono las apps de comunicación relacionadas con el trabajo. Esto me ha hecho sentirme mejor como madre y más centrada en mi trabajo.
Decidí eliminar de mi teléfono las apps de comunicación relacionadas con el trabajo después de probarlo en un retiro para emprendedores
Inicialmente, establecí límites de tiempo de pantalla en mi iPhone para no poder usar mis apps de comunicación durante ciertas horas del día. El problema era que, aun así, podía levantar mi móvil y presionar «ignorar límite», así que no supuso un cambio significativo.
En octubre de 2023, asistí a un retiro de máxima inmersión para emprendedores. Normalmente, no programo reuniones durante este tipo de retiros. Sin embargo, me encontraba en medio de una situación en la que necesitaba prescindir de uno de mis clientes.
Decidí enviarle un correo electrónico para informarle de que íbamos a cortar relaciones, pero sabía que si tenía Gmail en mi móvil, lo actualizaría todo el rato, esperando una respuesta. Quería estar presente en el retiro, así que eliminé la app y no revisé mis correos electrónicos hasta que regresé a mi habitación de hotel esa noche.
Me di cuenta de que estuve muy presente durante todo el día porque no podía consultar mi correo electrónico. Mantuve la app desinstalada de mi teléfono durante el resto del retiro y me sentí más conectada que de costumbre.
Cuando llegué a casa, eliminé Slack y Voxer de mi teléfono. Les dije a mis clientes que revisaría sus correos electrónicos con menos frecuencia y que me enviarían mensajes de texto si había algo urgente.
Ahora paso más tiempo de calidad con mis hijos
Durante los primeros días, sentí que tenía más paz mental y espacio para pensar. No me había dado cuenta de cuánto espacio ocupaban estas aplicaciones, pero ahora tenía tiempo para escuchar pódcast y audiolibros en el tiempo que habría dedicado a hacer scroll en esas apps; leí dos o tres libros en los primeros 10 días. Esta productividad se ha estancado un poco desde entonces, pero sigo escuchando más audiolibros y pódcast que antes.
Empecé también a sentirme más presente como madre. En lugar de revisar mi móvil mientras preparo el desayuno, hago las cosas más rápido, lo que ha creado una rutina matutina más agradable para mi familia.
Llevo a mis hijos más temprano al colegio y puedo acompañar andando a mi hija en lugar de llevarla en coche porque no tenemos tantas prisas. El tiempo de calidad realmente ha fortalecido nuestra relación.
Mi hijo y yo jugamos a un juego de mesa casi todas las mañanas y, a veces, mi marido y mi hija se unen. Antes no creía que tuviera tiempo para eso, porque lo dedicaba a mirar el teléfono.
Solo respondo a mensajes de trabajo desde mi ordenador y me siento mucho más concentrada
En realidad, no he experimentado ningún inconveniente con mi decisión. Mi equipo y mis clientes piensan que ha sido un gran paso para mí y varios se han sentido inspirados a seguir mi ejemplo.
Solía despertarme y revisar mis correos electrónicos inmediatamente, pero ya no dejo que las apps de comunicación controlen mi día.
Me he adaptado estableciendo franjas horarias dedicadas en mi calendario para cuando responder correos en mi ordenador. Por lo general, son 30 minutos durante el día y 30 minutos al final del día para responder correos electrónicos y planificar las prioridades del día siguiente. No suelo revisar esas apps fuera de ese horario. En lugar de revisar mis correos electrónicos varias veces por hora, como solía hacerlo, probablemente los reviso cuatro o cinco veces al día.
Antes pensaba que era excelente realizar varias tareas a la vez, pero me di cuenta de que todo lo que hacía era cambiar mi atención de una tarea a otra, por lo que siempre estaba en un estado de concentración superficial. Ahora que puedo dedicar un tiempo exclusivamente a responder correos electrónicos, me siento más consciente de lo que hago.
Solía responder mensajes en mi móvil u ordenador durante las reuniones con los miembros de mi equipo, lo que resultaba ser de mala educación; ahora estoy mucho más presente.
Como propietarios de negocios, a menudo nos decimos a nosotros mismos que debemos estar constantemente disponibles para resolver las cosas, pero eso no mejora nuestro nivel de felicidad y, además, nos desconecta de las razones por las que trabajamos.
Desde entonces, he eliminado aproximadamente un tercio de las apps que solía tener en mi móvil, porque sentía que ni siquiera las estaba usando. Todavía tengo algunas aplicaciones que uso por motivos laborales, como ChatGPT, Google Drive y Calendly.
Ahora es así como dirijo mi negocio y no tengo ningún deseo de volver a estar pendiente de mi móvil las 24 horas del día, los 7 días de la semana.