Según la ciencia, cuanta más pereza hay en ti, más inteligente eres

¿Es posible que las personas perezosas tengan una inteligencia más alta que el promedio? En este artículo veremos qué dice la ciencia al respecto.

La pereza suele tener mala prensa porque se asocia con la falta de productividad y la pérdida de tiempo. Sin embargo, estudios recientes sugieren que las personas perezosas son más inteligentes que el promedio.

En este sentido, todo parece apuntar a que la ciencia se halla ante un campo de trabajo nuevo e interesante. A continuación haremos un recorrido por los resultados de este y otros estudios e indagaremos en las profundidades de la relación entre pereza e inteligencia.

¿Las personas perezosas son más inteligentes?

Con frecuencia, la gente relaciona la pereza con el fracaso académico, laboral e incluso social. El razonamiento es que si alguien no está haciendo nada productivo, entonces es lógico creer que fallará. No obstante, estar en constante actividad no implica que siempre se tenga éxito. De hecho, en muchos casos, hay personas que hacen cosas porque tienen miedo a los espacios vacíos o a la ociosidad.

Hsee, Yang y Wang (2010) publicaron un trabajo sobre la aversión a la ociosidad y la necesidad de estar ocupados. Los autores demostraron a través de dos experimentos que cuando no había un motivo, las personas elegían estar inactivas. Ahora bien, si había alguna tarea, aunque esta fuera inútil, se movían para estar ocupadas sintiéndose más felices. Incluso, este fenómeno se presentaba aun cuando las actividades eran impuestas como un deber.



De este modo, los investigadores afirmaron que muchas metas que la gente se coloca serían excusas para estar ocupadas. Por lo tanto, hacer actividades o estar ocupados no es una señal de poseer ciertas cualidades. Entonces, ¿quiere decir esto que las personas perezosas son más inteligentes? Un estudio señala un posible vínculo entre la capacidad cognitiva y el grado de actividad física. Lo vemos a continuación.

La relación entre la actividad intelectual y la actividad física

McElroy et al. (2016) hicieron una investigación sobre la relación entre el pensamiento y la actividad física. Con este fin, aplicaron una prueba a un grupo de estudiantes para conocer su preferencia por tareas que requerían pensar. Una vez analizados los datos, se eligieron dos grupos, uno estaba compuesto por quienes disfrutaban de pensar y el otro por aquellos a los que no les gustaba pensar demasiado.

Luego, se evaluó el nivel de actividad física en cada grupo con acelerómetros. Como resultado, se obtuvo que los individuos que preferían desarrollar tareas mentales eran menos activos durante los días de trabajo. Por su parte, aquellos que no tenían interés en pensar, eran mucho más activos en el mismo período.

Estos hallazgos sugieren que las personas con alto grado de actividad intelectual tienden a ser más ociosos que el resto. Por supuesto, eso no quiere decir que las personas perezosas sean más inteligentes que otras en todos los casos.

El estudio señala una posible correlación entre la baja actividad física y la tendencia a ejecutar tareas de pensamiento. Más no se puede afirmar que la pereza sea un signo claro de inteligencia.

Como curiosidad, los investigadores observaron que durante los fines de semana no había diferencias notables entre ambos grupos. Es decir, el nivel de actividad era igual en los dos grupos estudiados. Por ende, quedan algunas cuestiones por explorar sobre este tema.

Otras evidencias

Takeuchi et al. (2011) realizaron un estudio en el que evaluaron la relación entre el flujo sanguíneo cerebral durante el reposo y la inteligencia general. De esta manera, se encontró una correlación positiva entre el flujo sanguíneo cerebral del descanso, la inteligencia general y la creatividad. A partir de estos datos, se podría decir que un descanso apropiado se asocia con una mayor capacidad intelectual.

Una vez más, la ciencia parece apuntar al hecho de que menos actividad física podría vincularse con más inteligencia. Aunque es necesario aclarar que ninguna de estas investigaciones aporta datos concluyentes sobre si las personas perezosas son más inteligentes.

La relación entre la pereza y la salud

Si bien los estudios citados implican un posible vínculo entre la baja actividad física y la inteligencia, eso no significa que sea del todo positivo. Un estilo de vida con poco ejercicio puede tener consecuencias para la salud, como la obesidad y las enfermedades cardíacas. Incluso a pesar de que descansar mejora la inteligencia, sigue siendo vital estar en movimiento.

Por otro lado, el ejercicio también protege de sufrir trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad. Es importante recordar que este tipo de afecciones pueden impactar de forma negativa a la inteligencia, la memoria y otras funciones cognitivas.

En conclusión, hacen falta más trabajos que aborden la relación entre la actividad física y la inteligencia para corroborar las hipótesis planteadas. Asimismo, a pesar de que la evidencia sugiere que las personas perezosas son más inteligentes, se debe evitar el sedentarismo. Lo más saludable es realizar ejercicio físico de manera regular para cuidar el cuerpo y la mente.

Ebiezer López

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