Pensar que los seres humanos solo usan el 10% de su cerebro da el placer de imaginar todo lo que podrían hacer si pusieran en funcionamiento el 90% restante.
Sería un mundo en el que avances como la IA generativa no tendrían cabida. Para qué quieres ChatGPT si podrías escribir una novela de la noche a la mañana como Bradley Cooper en Sin límites o aprender un idioma en cuestión de segundo como el protagonista de Phenomenon. Las personas podrían levitar, cancelar el dolor y controlar la mente de otros como Scarlett Johansson cuando su personaje de Lucy logra acceder a todo su potencial gracias a una droga de diseño.
Pero por mucho que el cine haya recurrido a este recurso, la idea de que el ser humano solo usa una pequeña parte de su capacidad neuronal es uno de los mayores mitos científicos que aún perdura. —En una encuesta de 2013 en EEUU, el 65% de los encuestados así lo creía—. Por lo que ya estás usando el 100% de tu cerebro.
¿De dónde viene el mito?
Aunque es complejo rastrear el origen exacto, se suele señalar al psicólogo estadounidense William James como padre del error al afirmar en The Energies of Men que «Estamos haciendo uso de solo una pequeña parte de nuestro posible recursos físicos y mentales”.
El desconocimiento de este órgano durante mucho tiempo ha podido contribuir también a ello. En los años 30, el investigador Karl Lashley exploró la función de ciertas áreas del cerebro sin detectar efectos en muchas regiones. Concluyó que estas áreas no tenían ninguna función creando el término «corteza silenciosa». Hoy, sin embargo, esta tesis ha resultado errónea. Entre otras posibilidades que se barajan está la proporción de neuroglias (células que dan soporte a las neuronas) a neuronas en el cerebro, que es 10:1.
Aunque es una idea atractiva, el mito del 10% es tan erróneo que casi hace reír, comentó al respecto en 2008 en Scientific American el neurólogo Barry Gordon de la Escuela de Medicina Johns Hopkins (EEUU).
Como explicó entonces el especialista, lo que sí es correcto es que en ciertos momentos como cuando simplemente descansas y piensas, puedes estar usando solo este porcentaje. Sin embargo, añade, «resulta que usamos prácticamente todas las partes del cerebro, y que [la mayor parte] del cerebro está activo casi todo el tiempo».
Algo en lo que coincide John Henley, neurólogo de la Clínica Mayo en Rochester (EEUU). «Incluso en el sueño, áreas como la corteza frontal, que controla cosas como el pensamiento de nivel superior y la autoconciencia, o las áreas somatosensoriales, que ayudan a las personas a sentir su entorno, están activas», aseguró en dicho artículo.
Es posible crear un mapa de este órgano sin un 90% de «territorio» sin explorar
Incluso sin datos es fácil intuir que ya usas todo tu cebero.
Por ejemplo al pensar que ninguna región puede dañarse sin riesgos mentales o físicos. Piénsalo así, si solo utilizaras el 10% podrías golpearte con fuerza en una parte del cráneo y pensar que es muy probable que sea una zona que no usas, por lo que no te afectaría.
Cuesta creerlo si piensas en lo que consume este órgano. «Pongámoslo de esta manera: el cerebro representa el 3% del peso del cuerpo y utiliza el 20% de la energía del cuerpo«, sopesa Gordon. Teniendo en cuenta que la evolución no suele permitir el despilfarro, ¿por qué tener un órgano tan costoso que apenas utiliza?
No obstante, la ciencia se ha encargado de desmentir esta creencia con más datos. Hoy los escáneres cerebrales rastrean todas las zonas activas. Por lo que es posible crear un mapa de este órgano sin que todo un 90% sea zona inexplorada.
Pero tu cerebro sí que puede cambiar y aprender cosas nuevas
Lo que sí puedes hacer es cambiar su estructura física y función, favoreciendo ciertas conexiones de neuronas o creando nuevas a través de lo que haces o piensas.
«Dependiendo de cómo utilices tu cerebro y de cómo lo cuides, siempre existe la posibilidad de desarrollar un potencial latente, a cualquier edad», recalca el editor y director de la revista Quo, Dario Pescador ,en un artículo deelDiario.es
«Pero eso no es porque pongas a trabajar parte de tu materia gris que antes estaba ociosa», añade es neuroplasticidad, «la increíble capacidad de nuestro cerebro para adaptarse y aprender a lo largo de toda nuestra vida«.
Sobre esto estudios han encontrado diferencias de volumen de materia gris en las regiones cerebrales motoras, auditivas y visoespaciales al comparar músicos profesionales con aficionados y personas que no sabían tocar. Los escáneres cerebrales de los taxistas de Londres han revelado que poseen mayor hipocampo que los sujetos del grupo de control.
Aprender un idioma, bailar o simplemente seguir ejercitando tu mente con crucigramas y lecturas en una forma de favorecer esta capacidad que tiene tu cerebro. Aunque ya estés usando todo él.