Conviértete en el Stephen King de tu oficina: el prolífico rey del terror comparte 7 consejos que te ayudarán a multiplicar tu productividad

¿Quién no conoce a Stephen King? El famoso escritor de terror ha escrito cerca de 60 novelas y 200 cuentos, algunos de ellos recopilados en antologías. Ha participado en algunas adaptaciones cinematográficas de sus historias, y ha escrito incluso un ensayo sobre cómo ser novelista. 

Si al leer el párrafo anterior has pensado «¿Pero cómo es tan productivo este hombre?», no eres el único. George R.R. Martin, creador de Canción de hielo y fuego (convertido en serie bajo el título de Juego de tronos), se reconoció fan de King en una charla que mantuvieron, y le acabó preguntando cómo diantres escribía tanto.

En una charla para Wall Street JournalStephen King ha revelado algunos de sus hábitos diarios para mantener un nivel tan elevado de productividad, ¡y muchas cosas de las que hace no están directamente relacionadas con la labor de escribir! Su «truco» es envolver el día de actividades positivas y revitalizadores que le ayudan a teclear como un poseído (y nunca mejor dicho en su caso). 

Toma nota de sus consejos si quieres convertirte en el Stephen King de tu oficina o puesto de trabajo. 

1. Empieza el día con una actividad positiva

Stephen King empieza su mañana realizando lo que en terapia se conoce como “lista de agradecimientos”. Aunque el escritor la realiza mentalmente, se recomienda coger lápiz y papel y anotar al menos 3 cosas por las que estás genuinamente agradecido.

“Es una buena forma de empezar el día porque tengo la oportunidad de revisar mi vida actual”, explica King. Ese es el beneficio principal del ejercicio: te ayuda a descubrir que no estás tan mal como pensabas, que cuentas con muchos amigos y aliados, y que mientras tengas techo y comida en realidad el resto de necesidades son opcionales.

Como beneficio secundario, te pone en una actitud positiva que provocará que te muestras más amables y receptivo hacia los demás a lo largo del día. ¡Muchos agradecerán tu sonrisa!

2. Crea una rutina saludable que te conduzca hacia el momento de productividad

¿Eres de los que suelen poner un pie fuera de la cama y ya se visten para ir a trabajar? No es la mejor manera de empezar el día: pone tu mente en un estado de alerta constante que te acaba quemando por dentro.

Stephen King parece ser consciente de ello, porque explica que, antes de ponerse a escribir, hace «una rutina de ejercicios, un afeitado y el desayuno. Luego, me siento a redactar».

Busca tu propia lista de actividades que den energía a tu cuerpo y mente para ponerte manos a la obra. Prueba a meditara darte una buena duchaa tomarte una infusión de las que tanto te gustan e incluso lee a alguno de tus escritores preferidos (o a King para darle un homenaje por ayudarte a aumentar tu productividad).


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3. Una buena siesta te repondrá para el resto del día

En la entrevista para Wall Street Journal, King explica que suele dormir entre 6 y 7 horas por la noche. Es una cantidad de descanso nocturno aceptable. Pero el «truco» que el escritor aplica en su rutina diaria es dedicar tiempo a hacerse una buena siesta.

King afirma echarse siestas de una hora. Cada persona es un mundo, pero por norma general una siesta de 60 minutos puede dejarte más fatigado, ya que el cuerpo entiende que vas a dormir durante mucho tiempo y empieza a reponer energías. Te acabas despertando en medio de una de estas «recargas» y por eso te despiertas cansado o de mal humor.

Según el portal dedicado al sueño Sleep.orgla siesta ideal suele estar entre los 15-30 minutos. Aun así, tendrás que experimentar un poco para descubrir tu siesta ideal, pero empieza dentro de esta horquilla para evitarte problemas. Si encuentras tus minutos de descanso ideales, repondrás fuerzas y vivirás la segunda mitad del día como si te acabaras de levantar.

4. Convierte tu ejercicio diario en un momento divertido

Stephen King además de hacer sentadillas y flexiones 4 veces por semana, también corre en su cinta. Si no te gusta dedicar tiempo al ejercicio, eso indica que eres un ser humano normal y sano: a casi nadie le gusta sudar y esforzarse.

¿Qué hace un escritor de terror como King para soportar los horrores de la cinta de andar? Se pone las noticias para mantenerse entretenido o se distrae jugando a Apalabrados desde el iPad. «Es que suelo jugar con algunos amigos», explica.

Este tipo de divertimentos ayudan a convertir el ejercicio en una actividad divertida, hasta el punto que adiestras a tu mente para que tenga ganas de esforzarse, ya que recibirá premios a corto plazo durante el proceso. ¿Tienes una bici estática acumulando polvo en una esquina? Saca las telarañas de encima y haz bici mientras miras tu serie preferida de Netflix. Verás que los 30 minutos pasan volando.

Prueba a hacer ejercicio antes de empezar la jornada laboral. Te sentirás bien durante el resto del día. El famoso escritor te lo cuenta: «Empiezo a escribir de buen humor porque he caminado antes o he hecho algo de cinta. Así que las endorfinas me dan un buen chute. De forma automática siento que ya es mi momento de trabajar».

5. Descubre tu momento dorado de productividad

Seguro que esto se ha convertido en tema de conversación durante la hora del café: un trabajador medio suele producir de forma eficiente durante 3 horas al día (según recoge SocapDigital). Imagina que tienes como una barrita de energía y que se agota cada vez que te concentras de verdad. Da igual las siestas o el ejercicio que realices: la barra solo se recarga durmiendo y descansando bien.

Para más inri, cada ser humano tiene su momento dorado diario. Algunas personas trabajan mejor de buena mañana, con el sabor del café todavía reposando en la lengua, o con retazos del sueño de la noche anterior aún pululando por la mente. Otros se vuelven más activos al anochecer, como si fuesen guiados por la apacible luna. 

Por más blogs que consultes, ninguno te dirá tu gran momento de productividad. Tendrás que descubrirlo experimentando, anotando y alterando tus horarios cada semana hasta dar con la horquilla temporal perfecta.

Stephen King tiene la suya controlada: «Escribo mejor por las mañanas. Si hay una fecha límite asomando también trabajo el resto del día. Pero mi mejor momento es de 8:30 de la mañana a 12:30 de la tarde. Me siento muy bien en ese momento».

6. Personaliza tu espacio de trabajo

Quizás esperas que la oficina de Stephen King sea una recreación perturbadora de alguna habitación del hotel de El resplandor, pero en realidad es un lugar personalizado para que no pueda despistarse.

“Tengo las cortinas bajadas porque si miro demasiado el mundo exterior pierdo la noción de mi mundo interior. Normalmente mi perrete me hace compañía y me acompaña el desorden. No es nada espectacular”.

Aquí la clave es que King se conoce lo suficiente como para saber que se distrae fácilmente fisgoneando por la ventana. Resultado: cortinas bajadas y se acabaron distracciones. 

¿Te distraes demasiado hablando con compis de trabajo? Intenta reservarte una hora en una sala de reuniones para trabajar a solas y bien concentrado. ¿No trabajas a gusto si no escuchas ruido de oficina? Pide trasladarte en el meollo de la oficina, o busca sonido ambiental en Youtube que te ayude a relajarte.

7. Aprovecha todos los limones que te tire la vida

Si cada escritor recibiera un euro por cada vez que se le pregunta «¿De dónde sacas tus ideas?», los autores serían más ricos que los multimillonarios de la lista Forbes.

Como era de esperar, WSJ pregunta a King esta clásica duda, y su respuesta da una clave de por qué es un escritor tan prolífico en ideas.

«Mi última novela nació porque tuve neumonía. Fue muy serio. Estuve un par de semanas en el hospital. Casi me morí».

«Mientras tanto, mi mujer decidió que iba a reorganizar mi despacho para que, cuando volviera, tuviera un lugar agradable. El problema es que cuando volví del hospital ella no había terminado». 

«Imagíname: tembloroso, delgado, subiendo las escaleras… Y ella diciéndome que no subiera. Pero subí, entré en mi despacho y me topé con la nada absoluta. Pensé que así iba a ser mi muerte, como entrar en mi antiguo despacho desprovisto de vida, y de ahí salió la idea de mi novela».

Lo normal es que esta anécdota tan terrible se hubiera convertido en trauma para la vida. Pero Stephen King pensó: «¿Qué puedo sacar de positivo de todo esto?». Y la respuesta fue otro de sus novelones.

Entrénate mentalmente para recibir todos los inputs que te ofrezca la vida de la misma forma que el gran escritor: piensa en todo momento cómo puedes aprovechar lo que te acaba de ocurrir, sea bueno o malo, para que, a medio/largo plazo, se haya convertido en una oportunidad tremenda.

Daniel Cáceres
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